Cae la soledad sobre mi espalda en esta noche tibia,
me aprisiona entre su manto oscuro con olor a sándalo y maderas
Listones carcomidos por el tiempo,
los gusanos hacen nido en sus juntas
abriendo caminos hacia mis profundidades
y desde mi vientre tejen un laberinto
de sal, arena y lágrimas
Anclas de plomo
hundiéndose en la miseria de mis aguas
Naufragio sumido en las arenas lodosas
de la adversidad,
habitado por anémonas traslúcidas
de tentáculos luminiscentes
y vidriosos ojos multicolores
desde los cuales su recuerdo me contempla
De noche las caracolas me recorren lentamente,
se alimentan de las algas que nacen en mis senos,
en mi pubis,
detrás de mis rodillas mudas
Sus hilos de plata delinean un nombre
en el primer rayo de la aurora
A través de mi cuerpo
el mar en lo profundo entona una canción de amor
Silban en la distancia las ballenas
haciendo eco de un lamento
que quizás llegue a su playa
flotando dentro de una botella rota
Las sirenas se posan en mis hombros
y llaman sin cesar al hombre ausente
mientras sus manos tejen mis cabellos
que no cesan de crecer
enredados entre corales y versos descompuestos
Toda la soledad y el mundo en un arpón
hendidos en el surco de mi espalda
2 comentarios:
Nadie habia hablado de manera mas hermosa sobre la soledad y el desamor. un abrazo
no es tanto, debora, pero tu como yo, como toda mujer, sabe que el desamor es como un naufragio
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