Los pinares
no saben de tu nombre
ni conocen el color exacto de mis versos
Estan allí
rodando en la ladera,
agitando sus ramas en la bruma
Hubo unos días
en que escucharon en silencio
mis pasos arrastrando agujas secas
-eramos tres apañando la risa entre sus ramas-
En aquellos dias
no conocían tu rostro
y apenas si alcanzaban a adivinar el mío
cuando rompía el borde del asfalto
y el alma se me perdía entre sus sombras
Ellos no habitaron este valle desde siempre
Llegaron desde lejos,
buscando un cielo ajeno
y se quedaron aquí,
danzándole a la luna
Ellos no te conocen,
y yo,
te conozco un poco menos
Aún asi son muchas las noches
en que me ven rozando sus dominios
Yo les miro,
les cuento en secreto de tu nombre
y ellos confiesan
que comparten un poco mi tristeza
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