domingo, 18 de noviembre de 2007

MERCADILLOS

Dos hombres venden a Dios en una esquina por módicos mil pesos devaluados manoseados deslucidos El Omnipotente les contempla desde una nube solitaria riéndose de la ingenuidad humana -cuentas de colores aseguran la entrada al paraíso, si es primer viernes de mes tendrá palco de honor en el reino de los cielos- Dios se burla una vez más mientras acaricia a un niño en su regazo -rosa de Sión que libera de todos sus problemas gratis sal para exorcizar cualquier demonio- El innombrable sonríe satisfecho, que bien hacen su tarea -pague su diezmo, hay que sostener al pastor y sus esposas. Confiese sus pecados y de penitencia haga una donación al óbulo de San Pedro- Cien metros más allá un niño dormita sobre el suelo desnudo llamando entre su sueño a una madre que no escucha Perdón, Señor , perdón Soy una hereje la viga en el ojo ajeno me pesa menos que mi propia desventura

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los pesos eran pesados...?
Por cierto...
Si tu eres una hereje, a mí que me excomulguen
Un beso ateo

MALUCILLAYCAFÉ dijo...

tu estas excolmulgado desde la concepción