Tengo ganas contarte sin reservas
de los demonios que pueblan mis rincones
y se esconden en los muros de mis utopías,
secuestrándome en la hora menos precisa
para arrastrarme hacia sus oscuros reinos
Decirte de esta muerte en suspenso,
cautiverio eterno,
ardor perenne asentado en mi garganta
presionando mi pecho
y provocando las náuseas de mis días
¿Serviría de algo enseñarte
al niño que gime cada noche entre mis brazos yertos?
Basta un corazón sangrante para redimir su pena
Brizna de hierba arrebatada por el viento
contemplando desde lo alto una ciudad sonámbula
-ojos que sangran la vergüenza-
pletórica de pies que marchan sin cesar
en busca de sus propias ruinas
¿Bastará un corazón sangrante para redimir su pena?
Yo he de velar tus pasos
aún cuando sufra el dolor de verte errante
ciega alma mía
envuelta en una mortaja de ilusiones
sordo tu oído
hambrienta tu boca
manos dementes habladoras
trazando al aire sin descanso
la ruta precisa para encontrar tus versos
Acaso
-acto de fe-
baste un corazón sangrante para redimir su pena
1 comentario:
HOLA ME GUSTA LO Q ESCRIBES!!!!
Publicar un comentario