domingo, 7 de octubre de 2007

ACTO DE FE

Tengo ganas contarte sin reservas

de los demonios que pueblan mis rincones

y se esconden en los muros de mis utopías,

secuestrándome en la hora menos precisa

para arrastrarme hacia sus oscuros reinos



Decirte de esta muerte en suspenso,

cautiverio eterno,

ardor perenne asentado en mi garganta

presionando mi pecho

y provocando las náuseas de mis días



¿Serviría de algo enseñarte

al niño que gime cada noche entre mis brazos yertos?



Basta un corazón sangrante para redimir su pena

Brizna de hierba arrebatada por el viento

contemplando desde lo alto una ciudad sonámbula

-ojos que sangran la vergüenza-

pletórica de pies que marchan sin cesar

en busca de sus propias ruinas



¿Bastará un corazón sangrante para redimir su pena?



Yo he de velar tus pasos

aún cuando sufra el dolor de verte errante

ciega alma mía

envuelta en una mortaja de ilusiones


sordo tu oído


hambrienta tu boca


manos dementes habladoras


trazando al aire sin descanso

la ruta precisa para encontrar tus versos


Acaso

-acto de fe-

baste un corazón sangrante para redimir su pena

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA ME GUSTA LO Q ESCRIBES!!!!