la noche estrellada de Vincent Van Gogh
solitario bajo las estrellas,
abandonado en la quietud de la ciudad,
aguardas, impotente, el umbral del día
quien te acompañará
en la oscura noche que te envuelve,
en que pecho descansarás tu cabeza,
quien sabrá de tu dolor y tus lágrimas
la hierba acaricia tu cuerpo,
los grillos cantan en los rincones,
el polvo del cosmos cae sobre tu frente,
mientras tu vigilas
el silencio de los inconscientes.
Sobre la ciudad flotan los sueños,
el olor de los cuerpos se eleva hacia el cielo,
un murmullo de almas en pena
da vuelta en la esquina,
las piedras enmudecen,
el viento detiene su jornada,
durante un instante
una estrella sonríe,
el tiempo se alarga sobre las sombras de los rincones,
las horas juegan a ser eternas,
liberado de tu carga
elevas la mirada hacia el infinito:
es tan inmenso el universo
y tan perfecto su compás.
abandonado en la quietud de la ciudad,
aguardas, impotente, el umbral del día
quien te acompañará
en la oscura noche que te envuelve,
en que pecho descansarás tu cabeza,
quien sabrá de tu dolor y tus lágrimas
la hierba acaricia tu cuerpo,
los grillos cantan en los rincones,
el polvo del cosmos cae sobre tu frente,
mientras tu vigilas
el silencio de los inconscientes.
Sobre la ciudad flotan los sueños,
el olor de los cuerpos se eleva hacia el cielo,
un murmullo de almas en pena
da vuelta en la esquina,
las piedras enmudecen,
el viento detiene su jornada,
durante un instante
una estrella sonríe,
el tiempo se alarga sobre las sombras de los rincones,
las horas juegan a ser eternas,
liberado de tu carga
elevas la mirada hacia el infinito:
es tan inmenso el universo
y tan perfecto su compás.
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