miércoles, 2 de mayo de 2007

TRAVESÍA




Para dejar que su amor la carcomiera
tuvo que abandonar hasta su nombre,

sus carnes,
su hedor de animal herido,

la furia
que arrastraba su cabello
y la ansiedad de comerse las uñas


Para rendirse a sus susurros
necesitó cruzar el abismo
de su tristeza,

enterrar los huesos calcinados
de sus desventuras

y abandonar en una esquina
la soledad
de tantas horas huecas,

arrancando la mortaja de la indiferencia
exponiendo la piel
y el sudor de la faena


Y tuvo que anegar
su llanto,

el mío y el tuyo,
el de muchos,

-amor que redime el dolor del mundo,
pecados que se limpian con las lágrimas-

orear las penas al viento,
sacudir las alforjas del tiempo,

contarle a la luna
que había llegado el tiempo de la siega

y al río
que bajo sus piedras
dejaba oculto el secreto
de las noches frías




3 comentarios:

Balandra dijo...

-amor que redime el dolor del mundo,
pecados que se limpian con las lágrimas...

Vaya travesia por toda suramerica..., te invito a quedarse en mi estancia, si te provocas te aguardare en el Amazonas o quiza en las murallas de Cartagena o simplemente te invitaria que compartieras las llanuras del orinoco... pero se que tienes que seguir tu paso... se feliz en tu travesia... pero te pido una oración en el las altas montañas de la ciudad perdida del Machupichu...

MALUCILLAYCAFÉ dijo...

Cuantos rincones recorremos en nuestras travesías, cuenta con mi oración para ti en lo alto de las montañas peruanas, ancho es el mundo para cantarle al amor

Anónimo dijo...

Ay! el amor....
Un saludo desde España