sábado, 25 de agosto de 2007

SIETE MINUTOS



Siete minutos marca el reloj que me tortura

Cuatrocientos veinte segundos que se burlan
de mi espera de niña tonta
acechando como felina tu llegada

-buscándole excusas al retraso-

mintiéndole a este corazón que se aferra,
loco,
a la ilusión de tu sonrisa

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